Alvarado Vázquez, Villarreal Sotelo, and Vargas Orozco: Los jóvenes como capital social del municipio de mazatlán: un estudio del capital perverso



Introducción

Los jóvenes y la familia son el eje articulador del capital social en función de su organización. Posiblemente, en estos sectores de la población se encuentren las bases fundamentales para explicar el desarrollo social de una cultura de la asociación y la función del capital social. En los jóvenes, se encuentra un malestar poco estudiado, que se expresa en diferentes tipos de organización. Se encuentra una riqueza de organización natural y efectiva de comunicación con el uso de las redes sociales, la integración en tribus urbanas y la aparición de nuevas imágenes estéticas. A esto se suma que los jóvenes se encuentran también, con algunos de los elementos del capital social perverso, como son los sicarios y otros que han logrado llamar la atención. También a través, de acciones e imágenes estéticas que aparecen en espacios urbanos, con los llamados buchones. Las acciones de los buchones y las imágenes que han impuesto, han logrado transgredir las relaciones de la familia, mediante la imposición de nuevos modelos de violencia. Para Cunjama y García (2015), esta violencia ha sido significativa particularmente porque aparece como parte de un modelo de valores y éticas morales que se tolera y ha sido aceptada socialmente. Posiblemente, esto se deba en parte a que no existen uniones, asociaciones o grupos de personas que contrarresten los modelos de transgresión y violencia que se incorporan a las cotidianidades de la ciudad. No existen apoyos o agrupaciones que orienten a los jóvenes a mirar los modelos sociales con una visión diferente. Por este motivo, una conjetura inicial al trabajo es, que la formación de redes de asociatividad en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa México, por parte de organizaciones civiles de apoyo o asesoría para la participación social que se sustente en la organización de la familia, la mujer, los adultos mayores o las personas con discapacidad es escasa.

Como premisa de orientación, se plantea que no existe en Mazatlán, una cultura de la organización civil, por lo tanto, es vulnerable a diferentes factores de riesgos y de contención tanto natural como social. Históricamente en esta ciudad, uno de los atributos que la distinguen es la falta de la confianza en la organización ciudadana para contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida. Tal desconfianza se debe a las acciones ineficaces que han realizado las autoridades, los organismos y asociaciones civiles para emprender las acciones de los procesos ineficaces de las autoridades y los organismos civiles por mejorar las condiciones de la calidad de vida y la seguridad de los habitantes de esta ciudad. Por lo tanto se sostiene como hipótesis que, ante la debilidad cultural por la organización de la asociatividad ciudadana, los colectivos de la población porteña desconfían de las asociaciones civiles, al observar la vulnerabilidad en la que se encuentran los habitantes que conviven en este espacio urbano, particularmente con el incremento de las acciones violentas como robos a casas habitacionales, robos a mano armada, asesinatos a todas horas del día e incremento del número de jóvenes que se dedican a las acciones del sicariato, tráfico y consumo de drogas.

Por ello es posible, que las relaciones o asociaciones de este tipo se manifiesten de manera casi casual o por intereses laborales como los sindicatos de trabajadores, los organismos empresariales y algunas organizaciones de beneficencia por parte de órdenes religiosas y otras más por las clases sociales de un alto nivel adquisitivo.

La cultura de la asociación se encuentra desapercibida en esta ciudad, por no decir que no existe. Por ello para conocer las causas por el desinterés de la ciudadanía, se buscaron algunos de los niveles de organización de la comunidad a través de una investigación de campo. Tal estudio se realizó utilizando el análisis de contenido, entrevistas y estudio de las fuentes directas, para conocer los niveles de capital social en Mazatlán. Se utilizaron los estudios cualitativos desde la perspectiva de Taylor y Bogdan (1987), que se complementa con los de Rodríguez, Gil y García (1999), para analizar, explicar e interpretar cada una de las premisas expuestas sustentándola con una hipótesis, que se responde a partir de la significación de los datos, que el enfoque interpretativo nos ayuda a fundamentarla. Para darle sentido real a las respuestas que exponen los entrevistados, se exponen de manera directa tomando en cuenta la relación con la pregunta y las variables de capital perverso, capital social, asociatividad desde la expresión de lo cultural y violencia. Tal cuestión se explica desde la técnica de análisis de contenido en la que señala Krippendorff (1997), en los que señala que los mensajes expresados son resultado de los fenómenos observados directamente.

En un segundo momento, se consideró situarse entre las fronteras de significación de las experiencias vividas en un escenario, donde se inserta el sentido individual con la experiencia por trascender de lo particular a una representación social, que ayudó a una mejor interpretación de lo examinado. Esto se realizó, a través, de la entrevista individual como técnica de investigación. Se buscó que las entrevistas en profundidad ayudaran a significar el dato cualitativo. Cuando se entrevistó a los actores, se trató de que vincularan su experiencia con la realidad y lo que han vivido. Esta vinculación de la narrativa con la interpretación toma relevancia, en el momento que, se rescatan los planteamientos de Flick (2004), en los que señala que la utilización de la narración, proporciona un marco en el que las experiencias se pueden localizar, presentar y evaluar en lo que está construida la vida cotidiana. Esto en la explicación de la temporalidad de dicho en la idea de Ricoeur (1998), donde la sucesión de lo dicho da testimonio del momento en el que se realiza la entrevista.

Por ello, se entrevistó a los actores que han vivido de manera directa la organización de asociaciones y su experiencia en estas, pero también se seleccionó como sujetos de una generación que busca darle sentido al trabajo en asociación. Las categorías de organización y confianza se analizaron con la cultura de la asociación para construir el desarrollo y bienestar de Mazatlán. Esto con el fin de explicar la importancia de la falta de organización y el significado de tal situación en un escenario de vulnerabilidad. Se buscó, mediante el apoyo metodológico de la construcción narrativa y análisis de interpretación, en particular conocer las situaciones generales de la falta de organización ciudadana. Se sostiene que este proceso ayuda a explicar la rigurosidad con la que se interviene para transformar las experiencias del mundo simbólico y social en el que se vive. Se buscó explicar a través de algunos datos recuperados. En este sentido, se muestra un mundo significativo de escenas vividas según Kornblit (2007), a través de la entrevista.

Para darle sentido conceptual, se estudian los elementos del capital social, desde las categorías de: la organización y la presencia histórica de las asociaciones de diverso tipo, la relación de los jóvenes con la comunidad, existencia y grado de promoción de redes u organizaciones: de familias, de mujeres, de hombres, de adultos mayores o de familias con personas con discapacidad que constituyen puntos de apoyo y solidaridad o que representan riesgos de discriminación y exclusión. Todo en función de explicar la relación entre una sociedad débil, donde la asociación es cualitativamente vulnerable a factores de riesgo que se explican en la violencia y resultan con la delincuencia, lo que origina bajos perfiles de desarrollo económico y la baja producción en la generación de empleos para crear mejores condiciones de vida.

La organización y selección de las categorías se presentan en función del modelo de análisis de la nota metodológica para elaborar un diagnóstico sobre la violencia del manual de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, (Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, 2011). Desde la perspectiva teórica se plantea una síntesis de capital social al cual se le considera como el iniciador del uso de este concepto en estudios sociales (Putnam, 2003). Los planteamientos de Fukuyama (1999) ayudan también para explicar el concepto de capital social perverso y su función en los jóvenes. Se consideran los estudios de Kliksberg y Tomassini (2000), para analizar las explicaciones y estudios que hacen en sus trabajos sobre el desarrollo en América Latina.

Por tal motivo, el concepto de capital social es explicado desde la asociatividad que ayuda como eje articulador de todo el trabajo y como sustento del análisis sobre los niveles organización y confianza en el municipio de Mazatlán.

De lo anterior nace otra pregunta, ¿qué es capital social perverso y cuál es la función que tiene para explicar la organización de los jóvenes o la función social como actores en una sociedad como la mazatleca? Por lo tanto, el objetivo de este trabajo, es exponer algunos de los factores que influyen en el bajo nivel de asociación y la cultura de la organización ciudadana donde intervienen sectores de la sociedad como los jóvenes, la familia, personas de capacidades diferentes, adultos mayores y la relación con el género. En esta lógica se plantean como objetivos particulares: Explicar los factores culturales que históricamente han influido en el bajo nivel de asociación ciudadana en Mazatlán. Analizar las formas de organización de los jóvenes y sus consecuencias en la construcción de nuevos estilos vida. Dar a conocer algunos de los elementos del capital social perverso que influye en los jóvenes. Describir algunas de las formas del escaso nivel de asociatividad y precariedad de la sociedad civil particularmente para mejorar la integración de redes en apoyo a la familia, los jóvenes, adultos mayores, las mujeres y la violencia que representan problemas de discriminación y exclusión.

Por ser un trabajo de investigación, se plantea la hipótesis desde la perspectiva de los estudios cualitativos de la siguiente forma. En la ciudad de Mazatlán la falta de la cultura de la asociación y participación civil, se debe a los procesos de construcción históricos, sociales, políticos y económicos. Por lo tanto, su capital social se encuentra vulnerable para enfrentar diferentes factores de riesgo y externos que se expresan en el desarrollo social que se vinculan con las acciones de la violencia y nuevas conductas juveniles.

Algunas aproximaciones al concepto de capital social y explicaciones en la cultura y el desarrollo

El capital social, es una representación del grado de organización y confianza que muestran los actores sociales de una cultura (Kliksberg y Tomassini, 2000). Es el grado de responsabilidad, de ayuda y de cooperación que muestran los actores sociales ante problemas comunes. Con base en esta aproximación conceptual, se analizan algunas de las funciones del capital social, para el desarrollo del municipio de Mazatlán, Sinaloa en México. Las explicaciones que sustentan la confianza y la asociatividad del capital en la cultura y el desarrollo social según los autores mencionados. Además, ayuda a explicar los factores culturales que históricamente han influido en el bajo nivel de asociación ciudadana en Mazatlán. También sirve para analizar las formas de organización de los jóvenes y sus consecuencias en la construcción de nuevos estilos vida, con el fin de conocer los elementos del capital social perverso que influye en las prácticas cotidianas de los jóvenes. Para finalmente, articular estas características con el nivel de asociatividad y precariedad de la sociedad civil, particularmente en su integración con la familia, los jóvenes, adultos mayores, las mujeres y los problemas de violencia que representan la discriminación y exclusión.

Para contestar estas argumentaciones, se entra al estudio del capital social desde los planteamientos de Fukuyama (1999). Este autor, señala que la tendencia progresiva no siempre resulta evidente en el desarrollo moral y social, ya que, la tendencia a la individualidad constituye, quizá su mayor vulnerabilidad a largo plazo. Esta vulnerabilidad se observa en lo desorganizado y atomizado de la sociedad en Mazatlán. Cunjama y García (2015) señalan que el hecho de no trabajar en conjunto, expone diferentes formas de desarrollo. Una primera aproximación al análisis del capital social de manera empírica, se puede expresar con la siguiente respuesta: Es posible que la falta de confianza en la organización se deba a la falta de una cultura en el reconocimiento a la promoción del turismo o el desarrollo del mismo.

“El empirismo de los desarrolladores iníciales de Mazatlán, o sea, si tú ves los primeros hoteles aquí en Mazatlán no eran de gente hotelera. Hay gente que venían de Estados Unidos, otra de gente que venía del camarón, había otra gente que venía del campo y se hacen turisteros por azahares del destino más que por convicción por necesidad de inversión a lo mejor pero era gente empírica que desarrolla el turismo a prueba y error, prueba y error prueba y error, que llega a Mazatlán, lleva hasta 1980 con el modelo empírico entonces ya era gente que no había estudiado turismo a lo mejor no eran ni contadores era gente, que eran hasta médicos” (comunicación personal, 06 de Diciembre de 2011).

Lo anterior se hace evidente en sociedades como la mazatleca que no ha podido sostener el desarrollo en el turismo. Esta explicación, hacer volver a Fukuyama (1999) para comparar lo que explica en su teoría, al decir, se sabe que las sociedades creadas por el espacio individual no han ayudado al desarrollo del mercado, debilitando el desarrollo de lo social. Esta argumentación hace cuestionar que, posiblemente lo explicado por el autor se relativice y eso mismo ha pasado en Mazatlán. Se observa que históricamente se debilitan a las instituciones políticas y económicas, al hacer falta una cultura de la organización. Es decir, históricamente el bajo perfil del capital social de Mazatlán ha resultado de modelos de planeación y organización que no sostienen el desarrollo social. Este vacío en la cultura de la asociatividad, que históricamente se ha mantenido en Mazatlán, no sostiene las variantes del desarrollo económico.

Por lo que la falta de cultura de asociatividad ilustra también sobre el problema de la falta de una cultura de la asociación en Mazatlán, por ello, los principios pueden estar marcados por el individualismo. Este último concepto, se utilizará para reconocer que no existe un trabajo de organización en Mazatlán y que los esfuerzos en cuanto al desarrollo han sido individuales. Esto se explica muy bien en los trabajos de Fukuyama (1999). El autor nota como ejemplo que en ciertas sociedades, se observa que viven en el individualismo desenfrenado, en el cual, se busca el romper con las reglas, lo que se convierte en cierto modo en la única regla existente, esto ocasiona serios problemas. El primero de ellos tiene que ver con los valores morales y sociales o la suma de valores compartidos por una sociedad. Es decir, aparecen formas de transgresión y violencia ante la falta de una sociedad vacía de capital social.

Cuando aparece la individualidad, desaparece la comunidad que se basa en el apoyo a la libertad y el compromiso. Al no existir compromiso con la comunidad en Mazatlán no existen organizaciones que ayuden a revertir los problemas del desarrollo y la formación de nuevos valores particularmente en los jóvenes, en tanto, no existe organización de la sociedad civil. Para Serrano (2015), esto hace más débil a la sociedad y las instituciones. Un ejemplo cotidiano de las colonias de la periferia y de la zona turística del Malecón puede ser: ante el temor de ser asaltado, se ha perdido la libertad de transitar libremente en la calle a diferentes horas del día. Las personas en Mazatlán, tienen temor de ser asaltados, de que les quiten su carro o el dinero con mano armada en toda la ciudad (Gutiérrez, 2016).

En el 2010, se realizaron 271 robos con violencia, según datos oficiales de la SSPM, con este ejemplo se responde al porqué los mazatlecos temen salir a las calles. Además, se publicó en el portal del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Social en el 2011 que Mazatlán se incluía entre las 8 ciudades más violentas del mundo por los números de homicidios y hechos violentos. Estos ejemplos, sirven para ilustrar que se han creado nuevas formas de capital social y uno de ellos es el hecho de que, en ocasiones, el capital social pueda ser utilizado para fines destructivos o volverse obsoleto. Aunque, esto no niega la premisa compartida de que constituye, en general, un aspecto negativo de la sociedad la falta de la formación en la cultura de la organización ciudadana. Por ello la disfuncionalidad de la ciudadana en asuntos de asociatividad, para el reconocimiento sus fortalezas, lo que históricamente ha significado en Mazatlán.

Algunas reflexiones culturales y de la historia. El porqué la falta de una actitud de la asociatividad en Mazatlán

Es difícil hablar de una cultura de la asociatividad en Mazatlán ya que desde el momento de que existe una polémica sobre su fundación (Schobert y Hernández, 2006). Se observan diversos puntos de explicar, en el desarrollo social de la ciudad. Esto también se observa en las relaciones sociales, ya que, a través de diferentes fuentes de la historia existe una falta de organización entre los habitantes de Mazatlán. Posiblemente, esto se deba a la influencia cultural ya sea, porque es, la que más influye en las acciones de los actores sociales de la región, o porque las memorias colectivas van confirmando los valores culturales de una región. Haciendo un análisis de los planteamientos de Nakayama (2006), es posible, encontrar orígenes multifactoriales de las identidades de los habitantes en Sinaloa, pero también, de las raíces en la falta de la asociación en los habitantes de Mazatlán.

Esta primer premisa sugiere reflexionar sobre el porqué se habla de dos o tres Sinaloas. Este estado, cuenta con 19 municipios, está divido en tres zonas económicas que incluyen costas, valles y sierra. Representado en Los Mochis, Culiacán y Mazatlán con el 61 % de la Población. El norte representado por los Mochis, Ahome, Angostura, El Fuerte, Choix, Salvador Alvarado, Sinaloa y Guasave. El centro por Culiacán, Guamúchil, Mocorito, Baridaguato, Navolato, Elota y Cosalá y el sur por Mazatlán, que se incluye a San Ignacio, Rosario, Concordia y Escuinapa.

El del norte es màs activo ya que se carecteriza por ser autónomo, emprendedor por otra parte el sur espera los apoyos oficiales. Posiblemente en el centro se encuentre la frontera de las diferencias, ya que es la capital. Para algunos, inicia en parte desde el municipio de Elota. Según algunos comerciantes y empresarios, se observan diferencias económicas, de organización y de desarrollo, que van evolucionando conforme se avanza al norte del Estado.

“En el municipio de Elota para vender un tractor me dicen cuànto es, e inmediatamente me lo pagan. De Elota para allá son deliberadamente organizados sobre lo que quieren. En el sur, desde que se hace la cotización ya le están cobrando al campesino a través de diferentes formas, hasta un porcentaje por el financiamiento cuando es aprobado. Es que en el sur hay toda un cultura de inmigración hay gente de Michoacán y Nayarit. Estos ven las cosas diferentes, para todo requieren ayuda, no son autónomos como los del norte” (comunicación persona14 de Diciembre de 2011).

Considerando los comentarios de este comerciante, se puede hablar de diferencias culturales. Se puede interpretar, de lo que señala este empresario que en un espacio geográfico se diversifica la identidad. Las diferencias de la identidad, reclama diferencias regionales. Es así, que se reconoce, que las acciones culturales son resultados de las identidades regionales (Giménez, 2007). El reconocimiento de la región se identifica también, con procesos económicos. En algunos de los 19 municipios, la pobreza se encuentra en las regiones de la sierra por su marginación y el difícil acceso. Pero, ¿cuál es la causa o factor que determina los niveles de desarrollo del sur? Una conjetura por comprobar se debe a que, la falta de organización se articula a la falta de desarrollo que se ha heredado culturalmente. Por tal motivo, pueden encontrarse diferentes acciones culturales en la región que identifica al estado de Sinaloa, que además, se identifica como una cultura diferente a las del centro o sur del país.

Tratando de hacer comparaciones históricas con acciones culturales, considerando los estudios de Nakayama (2006), se pueden comparar con los del sentido empírico que encontramos en las entrevistas, del porqué son así los habitantes de Mazatlán. Es decir, los análisis de la historia con argumentos actuales que se van explicando con datos oficiales.

“El mazatleco fue muy aislado, en los 80’s teníamos una frecuencia de 45 vuelos diarios, no había acceso por carretera. Posiblemente, antes que Cancún y Los cabos era el destino más lejano, sólo llegabas en avión. Se mantuvo aislado, por una cultura que festejamos, creíamos que lo teníamos todo, que no nos hacía falta nadie, que nosotros éramos los mejores. Pero, además, en Monterrey solo tienes que comer cactus y eso no lo hace nadie. Allá trabajas y trabajas, aquí lo tienes todo pescado, camarones y mangos. Juntas, pescas y comes no te sacrificas” (comunicación personal, 8 de Noviembre de 2011).

Lo que el empresario restaurantero señala de la cultura del mazatleco, es que, un alto porcentaje de habitantes de la ciudad de Mazatlán, ha vivido en una cultura del conformismo. En una cultura donde encuentra todo y no hay que sacrificar nada. Es posible, que lo que plantea se sustente en las bases históricas del estado de Sinaloa. Posiblemente, esta cultura dejó de lado la organización y asociación. Es posible también, que lo aislado del puerto, haya generado una cultura del desarrollo individual, pero también, por su situación geográfica con influencias culturales diferentes a las de otras regiones del estado de Sinaloa.

Nuevas imágenes estéticas y tolerancia de nuevos valores

Uno de los factores culturales de Sinaloa es lo lejano del centro de la república. Posiblemente esto ha dado para hablar de los bárbaros del norte según Nakayama (2006). En ese sentido las construcciones culturales van tomado forma diferente entre centro y norte. Una de ellas son las formas de estéticas de los jóvenes. Quieren imitar la forma de vestir de los líderes o carteles de las Mafias. Buscan llamar la atención la atención con el modelo de la imagen del Buchón que define Alvarado (2011).

Para analizar la función de los modelos de la estética juvenil y su relación con la violencia. Se explica la relación de la expresión de la imagen adoptada con la forma de vestir las expresiones corporales que son símbolos significativos de la violencia. Para los jóvenes que tratan de imitar las acciones de los jefes de los cárteles, consumen productos como ropa, música y accesorios que el mercado ha adoptado para crear imágenes relativas lo que se expresa en un Buchón. Tales expresiones de las mediatizaciones de la industria cultural colaboran en la exaltación de la violencia que se realiza a través de la venta y comercialización de nuevas imágenes estéticas que definen al Buchón. Por ello, se señala que la violencia es reforzada por las formas de organización del capital social perverso, particularmente el que se expresa en los nuevos modelos de organización de los jóvenes que se publicitan como mediatización de la estética. En ese sentido la articulación de la violencia con el consumo de nuevas expresiones estéticas, definen una relación muy estrecha entre el capital social perverso y la delincuencia.

El capital social se puede explicar también desde una norma de cooperación, arraigada en los vínculos que unen a un grupo de personas. Es entonces que la delincuencia representa lisa y llanamente, la ausencia de capital social positivo, puesto que significa la violación de una norma comunitaria, reconociendo de antemano su nivel de asociatividad. Esto lleva a otro esquema de comunidad, ya que debido a que se pueden encontrar vacíos de organización social entonces, ha sido evidente que la función del capital social perverso se ha visto en expansión con la estructura de los jóvenes como actores sociales en una sociedad como la mazatleca donde han aparecido diferentes formas de violencia.

Para Peñaloza (2016), lo anteriormente planteado, tiene que ver con las transformaciones sociales e influencias externas en el crecimiento de las ciudades. Existe un reconocimiento para algunas ciudades, que se convierten en laboratorios de multiculturalidad degradada entre globalización y urbanismo. Lo cual ha llevado a construir escenarios de tensión, encuentro y conflicto para entender las nuevas negociaciones simbólicas. En esta idea es posible reconocer que, las identidades ahora se configuran más bien por el consumo. Esto se va formando, en ese proceso de la creación de la imagen con la violencia, que se han dado a conocer de manera emergente con las expresiones conductuales. Se han mezclado estilos de vida rurales, que parecían haber desaparecido por los modelos urbanos, que influyen en las acciones sociales de la modernidad, la globalización y la transformación de la ciudad. La ciudad de Mazatlán, ha sufrido la influencia de la ruralización con los modelos que los altos de Sinaloa, la sierra y el narcotráfico han impuesto como contracultura.

Tres son las reflexiones que se utilizan para analizar la influencia de la narcocultura. Primero en la decisión por vestirse de manera diferente o singular, que expresa o comunica las relaciones con la violencia. Segundo, la búsqueda de un reconocimiento social que expresa respeto basado en la violencia y tercero la formación de una estética regional que distingue a algunos de los jóvenes en Sinaloa; a todo esto se le agregan, también, la música y el mercado. La música ha sido la mejor expresión y escenario simbólico para la imaginación y acción de la delincuencia, el uso y tráfico de drogas. Por ello en la idea de Córdova (2011) al citar a Simonett, señala que la música no es un simple escapismo, sino en realidad una formulación simbólica que expresa fuerza y poder. Según este autor basado en la investigación de la música, existe una correlación de modelos sociológicos entre conductas criminales y tensiones sociales.

Esto es lo que los jóvenes han construido en Mazatlán, ante la falta de alternativas culturales en esta ciudad, el buchón posiblemente, sea el mejor ejemplo de un modelo juvenil, que aparece ante las diferentes imágenes que socialmente se establecen en el medio urbano. La forma de vestir buchona, posiblemente sea parte, de la expresión de la violencia como espectáculo de la que algunos prefieren imitarla en lugar de analizar sus consecuencias.

Ante esto, la recepción comunicativa ha sido, eminentemente, de tipo emotivo y pasional. Para algunos investigadores como Córdova (2011), señalan que, se trata de un fenómeno que también se vive y se mira. Es decir, en la cotidianidad, en las relaciones y en los espacios comunes, además, de vivirlo se aceptan y en algunos casos hasta se admira. Esto se ha llevado al nivel real de la violencia, en el que algunos jóvenes tratan de imitar las acciones de la violencia con el fin de conseguir dinero, a cambio de que ofrecen sus servicios como por ejemplo reitera Córdova, que en algunos barrios céntricos mazatlecos cercanos a la colonia Reforma y los cerros de la Nevería y del Crestón, grupos delictivos conocidos como “Los cristos”, “Los vagos” y “Los cristaleros”; no tienen empacho en ofrecer sus servicios (“ya sabe que estamos para servirle”), hasta como sicarios de 500 a 1000 pesos por cliente, para este tipo de jóvenes lo indispensable es traer dinero.

Esto aparece en el contexto en el que funcionan las relaciones sociales que, sin darse cuenta, son transformaciones que sufren las ciudades como Mazatlán. Se manifiestan al configurar imágenes urbanas en los modelos de la posmodernidad, donde sin duda que el ejemplo que define la realidad de la integración de los jóvenes se manifiesta de diferentes formas. Los jóvenes mazatlecos al no tener o contar con alternativas de inclusión social o de integración a la asociatividad, buscan diferentes formas de manifestación, una es la que se define como los modelos de estética buchona; la otra es, buscar reconocimiento y simplemente decir aquí estamos, somos y queremos que nos consideren. Lo que explica el porqué, se transforman las ciudades que expresan modelos e imágenes negociadas con otras nuevas imágenes que se explican en la dinámica del globalismo versus reconocimiento local. En Sinaloa, uno de estos reconocimientos locales es la expresión regional buchona, imagen que se convierte en medio de comunicación, a través, de la violencia y el narcotráfico.

Las políticas públicas y los jóvenes

De entrada se define el capital social no como leyes formales, sino, como normas informales que fomentan una conducta de cooperación mutua. Esto para reconocer que posiblemente, los jóvenes son el sector donde se acumule un mayor capital social pasivo, por ello, algunos de los problemas urbanos, particularmente en las acciones y conductas de estos, mantengan una relación con el desarrollo urbano. Un cuestionamiento que aparece es, que, cuando el estado no toma interés en las críticas realizadas por la religión, la cultura y en este caso los jóvenes, va perdiendo fuerza ante factores de riesgo que se pueden imponer al contar con una débil organización integral. Se van perdiendo los valores éticos y morales que buscan mejorar el bien social. Tal y como se plantea al inicio, los jóvenes son el sector más olvidado por los modelos de desarrollo político, social y económico. Se sostiene para reforzar esta aseveración, que no existen políticas públicas que tengan como meta aplicar nuevos modelos de socialización. No son reconocidos como sector integrado al desarrollo, existe poca participación de ellos en las tomas de decisiones, cuando son los afectados directamente por el modelo de creencia adulta.

Entre otros existen muchos problemas en los jóvenes, otros escenarios como el de represión, exclusión y marginación que han ayudado a los jóvenes a crear nuevas formas de expresión y lenguajes de comunicación. Estas divergencias han producido un vacío en el que no existe un puente de unión entre los lenguajes generacionales y los valores adoptados por la sociedad. Paradójicamente en el plano de la posmodernidad y particularmente en el uso de las tecnologías de la información se adoptan nuevos códigos que los adultos poco saben descifrar y valores que estos han adoptado. Ante tales escenarios y modelos de comunicación, posiblemente los jóvenes ya excluyeron a los adultos de los nuevos códigos de comunicación.

El acceso a los modelos de comunicación de los adultos, las políticas públicas que estos deciden y las barreras que imponen para acceder a nuevos espacios de decisiones se expresan como escenarios de exclusión. Los escenarios de exclusión hacia los jóvenes se mantienen en estos momentos, señala Nussbaum (2007) que, a pesar, de que la modernidad reconoció y aceptó diferentes formas de convivencias y democracias de la vida social. Es significativo, replantear que en la posmodernidad los escenarios globales, influyen para reconocer que se han olvidado las garantías universales de la justicia social universal. No obstante los reconocimientos, la integración de los jóvenes a las políticas de la asociatividad, ha sido nula. Se conocen muy pocos ejemplos en Mazatlán sobre la creación o políticas que ayuden en la solución de sus problemas.

Durante el trieno de la administración municipal del Alcalde Jorge Abel López Sánchez (2008 a 2010), se creó el Instituto Municipal de la Juventud cuyos propósitos fueron. La necesidad de promover, fomentar e instrumentar políticas integrales de mediano y largo plazo en favor de la juventud, considerando sus necesidades en materia de empleo, capacitación para el trabajo, salud, sexualidad, educación, cultura y recreación, en virtud de que la población mazatleca está constituida por jóvenes que requieren desarrollar a plenitud sus capacidades, para una formación completa que les permita una mayor intervención en la vida productiva de nuestro Estado.

En este documento se observa de manera formal que aparecen algunas políticas de integración y asociación, pero las acciones dicen otra cosa. Aparecen expresiones y afirmaciones de que es necesario brindarles oportunidad a los jóvenes. Se habla hasta de oportunidades para mantener una estructura organizacional de la sociedad, además, que con la creación de tal Instituto, se suponía que se articularían las acciones del gobierno con las organizaciones sociales. Pero en realidad solo juegan el papel de proyectos o planes personales de la administración en turno. Esto último, puede comprobarse ya que, en la administración del 2011-2013 se ha manifestó la función del instituto, debido a que no se conocen nuevas actividades, los medios poco publicitan sus acciones. Poco o relativamente casi nada se ha hecho, para esta nueva administración, se cambiaron los objetivos mostrándolos de manera modesta de la siguiente forma:

Según el Instituto Municipal de la Juventud, menciona que las funciones de este instituto son promover, fomentar e instrumentar políticas integrales de mediano y largo plazo en favor de la juventud, considerando sus necesidades en materia de empleo, capacitación para el trabajo, salud, sexualidad, educación, cultura y recreación, en virtud de que la población mazatleca está constituida por jóvenes que requieren desarrollar a plenitud sus capacidades, para una formación completa que les permita una mayor intervención en la vida productiva de nuestro Estado, buscando fomentar la “Libertad con Responsabilidad” en nuestros jóvenes mazatlecos…” (Instituto Municipal de la Juventud, 2012)

Como se observa en este plan, se siguen señalando la instrumentación de políticas públicas de integración. En el plano de los modelos de desarrollo sì existen planes, proyectos y planteamientos, pero en el plano de la realidad, se muestra que no existen acciones de integración a los jóvenes en la toma de decisiones de las políticas públicas. Al no observarse acciones precisas, vale la pena preguntar, ¿para qué fue creado, porqué fue creado, cuáles son los verdaderos alcances de este instituto, funciona en realidad o cuáles son sus acciones?

Entonces, ante esta realidad en la que viven algunos de los jóvenes en Mazatlán, es pertinente preguntar, ¿con qué apoyos institucionales cuentan los jóvenes?, de lo cual se deriva otra pregunta, ante la falta de apoyos, políticas, y orientaciones sociales, ¿cuáles son sus manifestaciones como sector social?, posiblemente, la única salida y la más fácil de acceder a ella es, buscar formas de hacerse notar, tal y como se observó durante el mes de julio de 2011. Los jóvenes se manifestaron para solicitar, exigir y pedir a la autoridad permiso o tolerancia para poder tomar bebidas alcohólicas en la vía pública. Es posible que una manifestación como el pedir que los dejen tomar cerveza en vía pública sea mal vista o deje un cuestionamiento sobre el tipo de jóvenes que construyen una cultura.

“Imagínate el tipo de cultura de los jóvenes en Mazatlán hacen una manifestación para pedir que los dejen tomar cerveza en el malecón, con qué tipo de cultura cuentan los jóvenes en Mazatlán” (comunicación personal, 8 de Noviembre de 2011).

Es posible además, que la manifestación sea un mal ejemplo para cierto sector social, posiblemente es, una nueva forma de buscar alternativas a la represión social, a la falta de espacios y apoyos institucionales. La manifestaciones, son polémicas e incluso disgustan a la personas. Particularmente porque distorsionan la paz social, pero, en cambio se debe reconocer su creatividad como sector para integrarse y manifestarse. Ya que a través del uso de las nuevas tecnologías, en particular de las redes sociales, lograron desarrollar un amplio nivel de convocatoria, según lo narran los medios en Mazatlán particularmente el periódico el Noroeste la nota dice lo siguiente:

“Bajo el lema "las ballenas no son asesinas, los cuernos de chivo sí", miles de jóvenes mazatlecos planean reunirse en Olas Altas para exigir un alto al operativo Cero Tolerancia. La protesta que lleva por nombre "Pistear todos juntos" y se ha promovido a través de una red social, cuenta con 10,500 invitados, de los cuales 3 600 habían confirmado su asistencia ayer por la noche. Los organizadores plantean que consumir alcohol en la vía pública no genera violencia, y proponen ingerir bebidas alcohólicas durante la manifestación. "Pistearemos todos aglomerados con el firme propósito de evitar que los policías sigan secuestrándonos de las calles por tomar en la vía pública, existen delincuentes en las calles que hacen peores cosas y no les dicen nada", se explica en la invitación al evento. La manifestación se llevará a cabo hoy, a partir de las 20:00 horas; los organizadores recomiendan llevar cartulinas con proclamas, y no olvidar acudir con envases de cerveza. "Beber en la vía pública no genera violencia, al contrario, genera un ambiente de fiesta y convivencia, ¿acaso los turistas no buscan ese tipo de cosas?” (Ceballos, N. Periódico Noroeste, 04 de Abril de 2011).

El resultado no pudo ser mejor para los jóvenes, lograron su objetivo, pudieron organizarse y reunirse en torno a una idea. Al margen de que fueron detenidos alrededor de 100 jóvenes. No se puede señalar como bueno o malo, pero sí se puede decir y valorar sobre su capacidad de organización.

“Con más de 5000 asistentes confirmados en las redes sociales, hoy se llevará a cabo, por segunda ocasión, una protesta contra el operativo Cero Tolerancia. A pesar de la advertencia del Alcalde de utilizar la fuerza pública para dirimir manifestaciones que violen el Bando de Policía y Buen Gobierno, la convocatoria lanzada a través de Internet se mantiene. "Los jóvenes al fin pudieron organizarse y llevar un acto de protesta en contra de lo que ellos creen; es un acto arbitrario y abusivo por parte de las autoridades", señala la invitación. "El tema en sí es polémico, siempre habrá quien se oponga a que haya bebedores y habrá otros, como buen mazatleco, que lleven esta práctica común que por generaciones se ha practicado, no se puede ser mazatleco sin presumir que nos gusta la cerveza, hasta una fabrica tenemos aquí y todo mundo la presume" (Ceballos, N. Periódico Noroeste, 04 de Abril de 2011).

Como se observa en la nota del periódico para los jóvenes el resultado, cualquiera que haya sido, fue un éxito, es decir lograron su objetivo, que es el de reunirse. Pero, cómo lo lograron, cuál fue el éxito de su organización, cuáles fueron los medios que utilizaron. Se hace impostergable decir que ni los partidos políticos, los medios de comunicación, la radio y la televisión han podido reunir un número de personas tan alto en tan poco tiempo, sin recursos y sin la mediatización que hace la publicidad. Fue mal vista por muchos y reprendida por la autoridad, pero no se valora el nivel de organización, medios, recursos y creatividad para organizarse. Los jóvenes lograron su objetivo reunirse y manifestarse, lo realizaron a través de los medios que dan las nuevas tecnologías y una de estas son las redes sociales. El uso de las redes ha dado un poder de comunicación a los jóvenes que no se ha valorado como tal.

El municipio y la participación social: Lo que dice la sociedad

La debilidad del capital social en Mazatlán, se muestra en dos acciones del rumor y la falta de organización. Dos acciones, es decir, factores débiles del capital social que se expresan como factores de contención o factores de riesgo que poco se analiza en una sociedad como la mazatleca. Particularmente, donde se encuentran sus debilidades como sociedad participativa. Por ejemplo, las acciones de las nuevas influencias en los jóvenes, las inclinaciones hacia gustos por la violencia, el gusto por modelos de sociedad que orientan los medios. La falta de apoyo a los jóvenes y la falta de una cultura y educación en la participación ciudadana.

Es por esto que se divide en dos niveles la cultura de la participación en Mazatlán, exponemos lo que dicen algunos de los actores y responsables de organizaciones, empresas y un caso de un funcionario público.

En este sentido la Asociación de Organizaciones de la Sociedad Civil de Sinaloa

el problema radica en la falta de apoyo del gobierno. El ayuntamiento y sus representantes no se preocupan por ello. La señal que no los apoyan es la siguiente: si te das cuenta tenemos un año pidiendo audiencia en el municipio y que ha pasado, no nos hacen caso, prefieren ver el problema de un poste de la luz, que el problema de la asociación en Mazatlán” (comunicación personal, 16 de Diciembre de 2011).

De la misma manera el Instituto de Protección a la Familia señala que

el gobierno no se preocupa por la cultura de la denuncia o apoyo para mejorar la cultura de la asociación. Al no haber cultura de la asociación en Mazatlán, no hay cultura ni conciencia de la denuncia, no se denuncian los delitos intrafamiliares, los delitos de violencia contra la mujer sólo se denuncian 30 por ciento. Pero ese no es el problema, vamos al DIF y tardan tres días para levantar la denuncia, tú crees que alguien quiera llevar su caso a las instancias oficiales o públicas, el gobierno no hace nada por apoyar” (comunicación personal, 14 de Diciembre de 2011).

El empresario reconoce que históricamente en Mazatlán falta apoyo, el gobierno no apoya y por lo tanto, no se puede hacer nada cuando no hay unión y organización de la sociedad para los problemas que afectan a todos desde la urbanización hasta problemas de violencia.

Lo dice con conocimiento de causa ya que su familia ha sido dueña de muchos terrenos donde se ha urbanizado la ciudad.

“Falta organización de todos, dejemos de politiquería si trabajamos en conjunto, ten la seguridad de que a todos nos iría mejor. Mazatlán tiene mucho que dar, mi familia históricamente ha sido protagonista en el desarrollo de la misma. Mi padre era dueño de muchos de los terrenos de playa y urbanos de la ciudad, eso ha faltado, gente que ayude y se una para mejorar la ciudad” (comunicación personal, 14 de Noviembre de 2011).

De acuerdo con la entrevista realizada a un médico de la ciudad menciona que la falta de organización afecta a todos, él señala que si todos se organizaran, la sociedad mazatleca construiría una cultura de la asociatividad, declarando lo siguiente:

“Por qué estoy yo en esta asociación o colegio de profesionistas de otorrinogaringólos, porque nos apoyamos y si no estoy no existo, no me actualizo, esto me sirve para brindar un mejor servicio, para ofrecer un trabajo profesional. Es lo que debe de haber en la sociedad mayor integración para vivir más relajado, más seguro, eso te haría vivir en organización y respetar todas normas establecidas, parece que en Mazatlán no se quiere vivir así y eso ayuda a la inseguridad, el maltrato y la violencia” (comunicación personal,14 de Diciembre de 2011).

Se integra al final la opinión del director del deporte, se expone así para comparar lo que dicen los demás representantes de diferentes sectores. Por lo que menciona, también, que él está expuesto a los problemas de la falta de organización mencionando lo siguiente:

“Mazatlán no puede crecer en muchos ámbitos y uno de ellos es el deporte, no crece, porque no hay recursos propios para el deporte y el inversionista o empresario si no ve ganancia no invierte” (comunicación personal, 12 de diciembre de 2011).

Al interpretar entonces, tal y como se plantea en el enfoque interpretativo. Las repuestas exponen los argumentos de la falta de una sociedad participativa en la ciudad para prevenir diferentes tipos de violencia y reforzar las potencialidades del capital social en particular de los jóvenes.

Conclusiones

La cultura que presentan los jóvenes, es resultado de lo que le han heredado los adultos. Posiblemente, los jóvenes saben resolver los problemas de la asociación de diferente forma, pero no se ha evaluado por los siguientes elementos.

No existen canales de comunicación entre los adultos y los jóvenes, no se promueven acciones de apoyo a las inquietudes de los jóvenes. Por lo tanto, el municipio o los órganos de gobierno no pueden organizar ni orientar a los jóvenes para contrarrestar los factores de riesgo como la mediatización de la violencia o la violencia explícita. La integración de los jóvenes en procesos de asociación se muestra débil debido a la falta y existencia de un programa real de integración a los jóvenes.

Por lo tanto, son el sector más sensible a los factores de riesgo en torno a la violencia. Expone y reitera que el capital social en Mazatlán es escaso. Esta aseveración responde al porqué falta capital social en Mazatlán, ya que como lo plantea en la hipótesis, es posible que la falta de la cultura de la asociatividad se manifieste en el conjunto de problemas que se han expuesto.

La falta de la cultura en la asociación civil en Mazatlán, se debe a procesos de construcción históricos, sociales, políticos y económicos. Por lo tanto, su capital social se encuentra vulnerable para enfrentar diferentes factores de riesgo y externos que se expresan en desarrollo social y se vinculan con las acciones de la violencia.

La falta de organización de la sociedad civil se debe a factores culturales e históricos, se debe a las manifestaciones culturales de la sociedad. A la falta de apoyo en la sociedad para integrar a los jóvenes en los modelos de desarrollo económico, a la de políticas públicas que los integre, la falta organización de la sociedad civil para construir una sociedad fuerte que enfrente los diferentes factores sociales y de violencia.

Al final concluimos que haciendo una evaluación del capital social en el municipio estos son los resultados que los propios actores sociales exponen a través de diferentes opiniones y que las fuentes documentales ayudaron a complementar el trabajo. Se concluye que el capital social es escaso por no decir que no existe. Esta falta de responsabilidad es parte de la cultura de la asociación de un problema que es necesario evaluar de manera sistemática para construir una sociedad con un capital social fuerte y que ayude en la cultura del desarrollo.

Los problemas estarán en la evaluación de una sociedad democrática y participativa para el mejoramiento y reforzamiento del capital social, que considere al sector juvenil. De no considerar estos argumentos, la Cd. de Mazatlán estará vulnerable a diferentes factores que se convierten de riesgo al ser una sociedad con poco reconocimiento a potencialidades como sociedad civil.

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